Ahora sí Cuitláhuac atiende grave problema

Prosa Aprisa/Por Arturo Reyes Isidoro.

¡Albricias! Ayer apareció el gobernador que seguramente todos queremos: el que está preocupado y ocupado por resolver los problemas de Veracruz, algunos (o muchos) de mucha gravedad.

Mil veces a la ene potencia el Cuitláhuac García Jiménez de ayer, que no ocultó la gravedad de la epidemia de dengue que azota el Estado –aunque dijo que no se ha salido de control–, al que solo se ocupa de Winckler.

Es tan grave la situación –lo digo así no para alarmar sino para invitar a tomar todas las medidas preventivas– que todos debemos sumarnos al combate del mal y apoyar las acciones oficiales sin ningún reparo.

El gobernante anunció que ayer habría una reunión de urgencia y hasta antes de actualizar la información habló de cuatro mil casos, mientras que la Secretaría de Salud confirmó la muerte de dos personas aunque podrían ser más: al menos la de una niña en San Rafael y la de cuatro adultos en Tuzamapan municipio de Coatepec. Otros dos municipios donde se ha presentado la afección son los de Xalapa y Coatzacoalcos.

Una nota de Nayra Rivera, del portal e-consulta.com Veracruz, que comparó cifras de la Secretaría de Salud federal, que son públicas en el Panorama Epidemiológico de Dengue 2019, cita que este año el Estado registra un incremento de 600 por ciento (de 800 casos pasó a 4 mil 845) en comparación con 2018, y que 59 de cada 100 mil habitantes padecen la enfermedad.

Me llamó la atención que ayer el gobernador señaló que fue en el gobierno de Javier Duarte cuando se recortó personal de vectores y exculpó al gobierno de Miguel Ángel Yunes.  “Lo que sucedió en la época de Duarte, lamentablemente, fue que no se atendió al personal de vectores, recordarán que hubo manifestaciones en esas fechas y redujeron la cantidad de personal, es la que recibimos, no fue ni del Gobierno anterior, no se recortaron recursos en esta gestión, fue antes”.

El problema es verdaderamente grave pero –al menos en mi caso– saludo con beneplácito que el gobernador mismo en persona se ponga al frente del problema, que esté ocupado y preocupado por resolverlo. Hay que apoyarlo, todos debemos apoyarlo. La nota reprobatoria es para el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor: el problema lo rebasó, no hizo las previsiones necesarias para evitar la grave situación. Veracruz sufre.

Yunes, todo un zoon politikón

“Estimado Arturo, poniendo en orden mi archivo encontré esta foto que acredita (entre otras cosas) que ya tenemos muchísimos años en nuestras respectivas tareas. La tomó el siempre bien recordado Sergio Maldonado. Saludos”

Iban a ser las diez de la mañana de ayer cuando recibí este inesperado mensaje acompañado de una fotografía que Sergio Maldonado (q.e.p.d., reportero gráfico entonces de Política) nos tomó el 5 de mayo de 1992 (hace 27 años) en Platón Sánchez, durante la campaña de Patricio Chirinos Calero a la gubernatura.

El remitente del texto y de la gráfica era el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares. En la imagen nos vemos, sentados en el piso y recargados contra una mampara, él revisando uno de los mensajes que pronunciaría Chirinos, yo revisando mis notas taquigráficas para redactar mi crónica (era reportero del semanario Punto y Aparte). En la foto se ve a la entonces también compañera reportera de Política Guadalupe “Lupita” López Espinosa.

Siguió un breve diálogo, respetuoso, amistoso, de recuerdos y de buenos deseos entre ambos. Desde diciembre de 2016, cuando apenas había tomado posesión como gobernador, no habíamos tenido comunicación. No obstante varios señalamientos de su persona en mi columna, se había mantenido distante.

Previamente me marcó por el teléfono del WhatsApp y porque lo he hecho objeto de mis comentarios y en ocasiones de mis críticas, pensé que se comunicaba conmigo para algún reclamo. Para nada. Ahora sí, mostró altura y se mostró como el político profesional que es, con la madurez del hombre público que sabe que está expuesto a la crítica, que sabe diferenciar lo personal de lo profesional.

No pude dejar de reconocerle que es un hombre inteligente, uno de los pocos políticos veracruzanos profesionales que quedan, y le expresé mi deseo de que me hubiera escrito un largo comentario sobre la situación política que vivimos, para publicarlo, porque su visión, esté uno o no de acuerdo con él (así se lo dije), siempre será enriquecedora.

A diferencia de todos sus antecesores, aun sin aparecer públicamente, es centro de polémica, sigue en los medios y es objeto de atención, de preocupación y de embestidas lo mismo del gobierno federal que del estatal. Es un verdadero zoon politikón, sin duda alguna.

Portilla Vásquez, saldo positivo

Con los dedos de las manos se pueden contar ya los días para que termine el periodo de Lorenzo Antonio Portilla Vásquez como titular del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) del Estado de Veracruz.

A reserva de lo que determine el pleno de la Cámara de Diputados local acerca de si lo releva o lo nombra para un nuevo periodo (le permitieron inscribirse en el nuevo proceso de designación), al vencimiento de su actual gestión tiene que reconocerse que su saldo es positivo.

La inscripción de 61 aspirantes al cargo aparte de él y el deseo de sus contendientes por ocupar su sillón lo puso en el centro de la atención y de la polémica, pero nada que desdiga su trabajo. Prudentemente él se ha limitado a informar de lo que se ha hecho y sus consecuencias y ha dejado claro que su suerte en el órgano está en manos de los diputados.

En varias ocasiones he tenido la oportunidad de platicar con él. Correcto en su trato es de poco hablar. Responde a lo que se le pregunta, nunca habla mal de nadie y menos cita por su nombre a algún servidor público que caiga dentro de la esfera de su fiscalización. No prejuzga, se atiene a los resultados de las auditorías, se apega a la ley para que todos tengan la oportunidad de solventar si les resultan observaciones pero eso sí a todo infractor que no comprueba procede a denunciarlo. Es muy técnico, pues.

De él siempre me ha llamado la atención su buena relación con el titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), David Colmenares (antes con Juan Manuel Portal), producto de su trabajo de colaboración institucional en el combate a la corrupción, que es la cruzada emblema del gobierno del presidente López Obrador.

Pero más me ha sorprendido enterarme a trasmano que personajes como la propia secretaria de Gobernación, Olga Cordero Sánchez, el Consejero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra, y el propio Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, han estado pendiente de su trabajo y de sus resultados por la importancia que para el Gobierno de México tiene Veracruz.

El miércoles pasado, el director general de Asuntos Jurídicos del ORFIS, Oscar Ocampo Acosta, informó que para denotar la efectividad de las resoluciones del Órgano, recibieron nueve resoluciones sancionatorias por denuncias interpuestas por presunto daño patrimonial, sentencias que importan 1,658 millones de pesos, dinero que se reintegró a las arcas de los entes fiscalizables que registraron daño.

Comentó que a este monto se suman los más de 21 mil millones de pesos recuperados de las Cuentas Públicas desde 2011 a la 2016, derivados de 78 resoluciones definitivas.

A horas de que Portilla Vásquez presente sus informes de las auditorías de Legalidad y de Desempeño, así como los Especiales y por los exhortos hechos por el Congreso local, ha trascendido que presentará más señalamientos por irregularidades en la Cuenta Pública 2018 en comparación con los hechos en la de 2017, que corresponden a la administración del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, señalamientos por observaciones de los que todos los exservidores públicos presuntamente implicados tienen conocimiento.

Finalmente, pues, es un auditor que entrega resultados, de resultados.

 

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