Morena venció también la entrega de despensas

Prosa Aprisa/Por Arturo Reyes Isidoro.

En futbol –aclaro que no soy especialista en el tema– se dice que hay partidos de 6 puntos. En realidad los reglamentarios son de 3, pero por circunstancias especiales de los equipos, a veces un triunfo o una derrota cobran, en sentido figurado, el doble del valor, ya sea a la alza o bien a la baja. Como el partido del domingo entre el Veracruz y el Atlas, que son los últimos, en la tabla porcentual de la zona de descenso, junto con los Lobos BUAP. Ganaron los Tiburones y descontaron la desventaja ante los tapatíos. Atlas se pudo haber alejado más del peligro pero disminuyó su ventaja ante los escualos.

En las guerras hay batallas que el enemigo que las pierde las puede considerar pírricas, de poco valor, pero que el que las gana las considera importantes, a veces claves porque, entre otras cosas, sirven para levantar la moral de los combatientes que terminan triunfando.

No es necesario esperar el recuento oficial de votos de las elecciones municipales extraordinarias del pasado domingo para sacar algunas conclusiones sobre la significación que tiene el triunfo de Morena en el municipio de Emiliano Zapata (antes más conocido como Dos Ríos), casi conurbado con Xalapa. Su victoria fue de 6 puntos y debe tener hasta arriba la moral de los morenos, que se deben repetir que sí se puede, lo que además puede influir para que los indecisos terminen por apoyarlos.

Por un lado, el triunfo confirmó la tendencia a la alza que tiene ese partido en el escenario estatal; por el otro, que puede vencer todos los obstáculos y la peor circunstancia como superar con éxito una elección de Estado, como la calificó el dirigente estatal del PRI, Américo Zúñiga Martínez, quien denunció una serie de irregularidades que atribuyó al Gobierno del Estado panista; y en tercera, que sus grupos encargados del cuidado y defensa del voto ya los tiene afinados listos para julio próximo.

Si había dudas de su triunfo el año pasado, lo que llevó a la elección extraordinaria, no sólo se despejaron sino que esta vez la victoria morena fue contundente, con el suficiente número de votos para acabar con cualquier sospecha. Más importante para el partido de Andrés Manuel López Obrador fue que confirmó también que creció su preferencia entre el electorado en un periodo muy corto de cuatro meses, entre noviembre del año pasado cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación les anuló su primer triunfo, y este mes de marzo.

En la elección del 4 de junio del año pasado, Jorge Alberto Mier, de Morena, obtuvo oficialmente 9,092 votos contra 8,844 de Daniel Baizábal González, del PAN-PRD, o sea que ganó por sólo 248 sufragios. Esta vez, el PREP otorga 9,452 para el primero contra sólo 6,833 para el segundo, es decir que la diferencia es ahora proporcionalmente abismal, de 2,619 votos, pues mientras que el moreno sumó más boletas, 360, el panista-perredista perdió 2,011 sufragios.

Si se aplica en este caso el dicho de que para muestra basta un botón, en los hechos el resultado podría estar reflejando el crecimiento exponencial que ha tenido el partido de la izquierda, contra la drástica caída que ha sufrido el híbrido de la derecha-dizque izquierda, a sólo 100 días de las elecciones para elegir gobernador y diputados locales.

Hubiera sido interesante saber el resultado en los otros dos municipios donde hubo elecciones extraordinarias, Camarón de Tejeda y Sayula de Alemán, si Morena hubiera tenido candidatos, pero no es ningún secreto que prácticamente todo el sur del Estado lo domina.

Decía que el triunfo electoral equivalió a una victoria de 6 puntos en un partido de futbol porque además de la confirmación de la voluntad mayoritaria de los habitantes del municipio porque los gobierne una administración del partido de López Obrador, puso en relieve, ante propios y extraños, que se puede ganar una elección no obstante que una parte reparta e inunde de despensas al electorado para tratar de manipularlo o coaccionarlo en su intención del voto a favor de un candidato o un partido determinado.

Ya se vio que no funcionó, que se puede neutralizar ese recurso electorero disfrazado de programa social, y que no es suficiente cuando la población ha madurado y se ha propuesto, con mucha determinación, ejercer libremente su derecho al voto.

He apuntado que Emiliano Zapata está conurbado prácticamente con Xalapa, y por lo que acaba de pasar se advierte que ahí también los electores aplicaron lo que han decidido los colonos xalapeños de recibir todas las despensas que les den advirtiendo a sus promotores que no votarán por el PAN-PRD y sus candidatos sino por los de Morena, lo que también ha demostrado que tienen razón los panistas-panistas que han advertido que al gobierno yunista no le va a alcanzar el reparto de despensas para ganar la gubernatura.

Ayer, durante un desayuno con el candidato a la gubernatura de Morena, Cuitláhuac García Jiménez, me topé entre los invitados a la compañera Fanny Yépez, quien me confirmó lo que publicó en una columna que escribe: que fue testigo presencial de cómo operadores del PAN-PRD trataban de comprar el voto para Daniel Baizábal a mil pesos, y de cómo se ponían agresivos cuando alguien les tomaba fotos o trataba de hacerlo. Se vio que tampoco les funcionó ese recurso.

Panistas-panistas están convencidos que fue muy mala estrategia debilitar al PRI, casi desmantelándolo con sus operadores para llevárselos al yunismo azul, porque al romperse el equilibrio que aseguraba una elección a tercios, la militancia tricolor al ver en desventaja a su partido ha migrado hacia el partido de AMLO, lo que explicaría el crecimiento de votos que obtuvo esta vez y la caída que sufrió la alianza albiazul-amarilla, que contó con todo el apoyo oficial, fenómeno que estaría por suceder para la elección de la gubernatura.

Pero si todo lo anterior no hubiera sido suficiente para el grupo en el poder, el resultado puede tomarse también como un plebiscito con el que se midió la aceptación de los gobiernos del PRD, aliados del PAN. El pueblo los reprobó.

Ya se habrá de ver si el grupo en el poder le sigue apostando al reparto de despensas para tratar de obtener el triunfo, cuando se acaba de comprobar que no es un mecanismo seguro, un recurso que, por cierto, el presidente Enrique Peña Nieto descalificó en su visita a Perote hace una semana cuando dijo: “Déjenme decirles algo, cuál es la mejor política social. No necesariamente es la que lleva los varios apoyos que ya están dedicados hoy a los sectores más vulnerables. La mejor política social es mantener el nivel de desarrollo económico, es mantener la estabilidad económica”, se entiende que quiso decir no el reparto de despensas, que ya están programadas, sino la creación de empleos. Se refirió entonces a la construcción del nuevo puerto de Veracruz por parte de su gobierno, que en una primera etapa contempla una inversión de 30 mil millones de pesos y que va a generar 140 mil empleos directos e indirectos.

Cuitláhuac, ayer

Respondiendo a muchas preguntas que le hicieron ayer, el candidato a la gubernatura de Morena, Cuitláhuac García Jiménez, dijo que de ganar contratará publicidad con los medios para promover las acciones que su administración realizaría.

Redujo la contienda a él y al candidato de la derecha y aclaró, ante el señalamiento de un reportero, que de ninguna manera descalificaba a Pepe Yunes, pero que sin duda el PRI le pesaba mucho, como le pesaría a cualquier otro por muy buena persona que fuera.

Durante un desayuno con la Asociación de Comunicadores de Veracruz, se cuidó hasta el máximo para no violar los tiempos electorales y al final se dio todo el tiempo para platicar con quienes quisieron hacerlo en corto con él.

Lo acompañaron los candidatos a diputados Ana Miriam Ferráez Centeno y Rafael Hernández Villalpando. Llegó sin guaruras ni “ayudantes” o “auxiliares”.

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