El Poeta de la Soledad

Al Estilo Mathey/Por Gustavo Cadena Mathey.

Buen día apreciado lector:

Sólo por compartir un poco de la historia de alguien muy importante en lo personal, le cuento hoy de un personaje de los tiempos idos cuyo recuerdo se mantiene muy vivo en la mente de muchos.

Creció formando el carácter en tiempos recién posteriores a la Revolución Mexicana, con la severidad del momento, armas a la cintura y los valores familiares que forjaron una personalidad, que bien supo transmitir a su familia.

Solía presumir, papeles de por medio, que su padre Lauro Taurino Cadena gozaba de amplia estimación entre la sociedad tuxtleca por haber sido Jefe de la Plaza de Armas de San Andrés Tuxtla en plena Revolución y luego en su prestigiosa casa de Catemaco construía lanchas y gracias a su amistad con Don Angel Carvajal, el gobierno federal le autorizó el arrendamiento de la Isla de Tanaxpi, para el corte ordenado de maderas finas como el cedro, para las embarcaciones, que su padre le enseñó a construir para guiar al turismo por toda la laguna.

En su niñez conoció a Alvaro Obregón en una visita privada pero con mucha tropa del general, a Catemaco; en su juventud arrió ganado al puerto de Veracruz, estableció una “gaseosa” en Hueyapan de Ocampo donde conoció a Soledad, su compañera de vida y en Acayucan llevó el material hasta terminar el impresionante palacio municipal. Luego fue delegado de tránsito en el puerto donde se hizo amigo de Agustín Lara y finalmente se jubiló como Jefe del Bathey del ingenio Coatotolapan, en Covarrubias, donde llegó a invitación de don Aarón Sáenz.

Finalmente en Acayucan se asoció con Angel Leodegario Gutiérrez Castellanos para la creación del semanario El Mensaje, en Hidalgo 11 y laboró como publicista y fotógrafo. Al morir su esposa, encerrado en su casa se dedicó a escribir los “cantares de mi sentir”; “júbilo y sentimientos del corazón” y centenares de letras sobre Catemaco y su lago, además a sus hijos y diversos temas y personajes, entre ellos Doña Christian Magnani, por lo que lo bauticé como El Poeta de la Soledad.

Incluso lo acompañé a México, a la Dirección General del Derecho de Autor de la SEP, donde el 22 de octubre de 1975 quedaron registradas varias composiciones que le «tarareó» en Xalapa a don César Martínez, distinguido integrante de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, cuyos registros y partituras conservo.

Esa es parte de la historia de Don José Antonio Cadena Constantino que se fue a los 93 años de edad, aunque este 14 de enero celebraría cumpleaños, como también cumple años de vida este mismo día el gran amigo abogado Melitón Morales Domínguez -amigo de mi padre- al que envío fuerte abrazo.

Que tenga el lector paz y armonía en su hogar, cuide el agua y siembre plantas.

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